domingo, 1 de julio de 2012

La parte de los ángeles

Al momento de embazar, por así decirlo, por contarlo así, al whisky, le acontece un fenómeno extraño, explicable por la ciencia, por la empiria, por movimientos químicos que no son perceptibles al ojo humano, a simple vista. El whisky, el bueno, el que no compras seguido, se estaciona, se añeja en grandes barriles de madera, como en las películas. Entonces, tenes alcohol, finos aromas en contacto con madera, en el barril, mientras más tiempo, mejor.
Y ahora, acá, pasa lo extraño. Ponele, digamos, que estas añejando cuarenta y dos litros, en un barril, lo dejaste unos años, cuarenta y dos litros contados. Pensaste, pasado este tiempo, que ya era hora, que es el momento de que el whisky cumpla su razón de ser, los destinos de la vida. Decidís envasarlo. Tal vez lo vendas, lo regales, lo tengas como un tesoro, compañero en las noches. Entonces vas con, por ponerlo de una forma, que nos sirva de ejemplo, con cuarenta y dos botellas de un litro cada una, el razonamiento nos lo dicta así. Tal vez con ayuda, con el arte que da la técnica, la practica, podes embazar, distribuir el contenido del barril por cada botella sin perder una sola gota. Sin embargo, acá pasa lo que te quería decir. Todo lo demás era contexto, era para decirlo de otra forma, firuletes en el aire. La cuestión es que ocurre algo, sucede y vas a buscar explicaciones, seguro alguna te va a calmar, a saciar la perplejidad de lo ocurrido, sacarte del asombro. Habíamos calculado, dicho, que añejaste por un determinado tiempo, una cantidad de cuarenta y dos litros de whisky. Al ir llenando las botellas, encontras que llenaste treinta y nueve botellas y menos de tres cuarto de la que sería la número cuarenta. Se estimará, seguramente, que te están faltando unos dos litros y un poco más, un envase de cocacola grande pero de whisky, digamos.
Es ahí que puedo decirte que existe una posibilidad, un proceso químico, como te adelantaba, que ocurre. Dicen que el alcohol, la sustancia del whisky encuentra su modificación al estar en contacto con la madera, con el barril, produciéndose un evaporamiento de una parte de su contenido. Sin embargo, existe otra explicación, algo más. Es el caso de los escoceses, quienes elaboran una nueva versión, poética, linda para contarte. Ellos sostienen que esa parte, ese faltante, es la parte de los ángeles, quienes la toman, se divierten y ríen a carcajadas.
Te decía, te lo dije, a todo esto para que no haya malos entendidos. Dirás que no prosperamos porque soy de mala madera, que desgasto, que cada día me parezco más a un barril, que el olor a whisky que emano se volvió insoportable, cosas que ya sé. Pero prefiero pensar que lo nuestro se evaporó, y que estas ultimas palabras, la ultima sonrisa que te provoqué, es la parte de los ángeles. 


Imagen de acá

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